De todas las empresas que hay en la Argentina, el 80 por ciento son firmas familiares, es decir, compuestas y manejadas por parientes que, además de compartir Navidad y Año Nuevo, trabajan juntos.
Los 10 consejos:
1.- Entender y asumir el status de una empresa familiar: los empresarios que son propietarios de organizaciones familiares deben entender como primera medida que están gestionando un modelo de firma con características particulares. La emocionalidad es un factor distintivo de las empresas familiares y es la principal causa de las desavenencias que ponen en peligro el tránsito de una generación a la siguiente.
2. Separar el ámbito familiar del laboral: las empresas familiares se conforman de tres ámbitos diferentes: la familia, la empresa y la sociedad jurídica; se debe evitar confundir los roles de los distintos ámbitos. Por ejemplo, pensar como padre o hijo en la empresa es un error habitual que genera conflictos que rápidamente se trasladan al seno familiar. Quien lidera una empresa familiar debe contar con un talento especial para no confundir los distintos roles que le toca cumplir.
3. Contar con un modelo organizacional coherente: el modelo organizacional de una empresa familiar debe ajustarse a la visión y objetivos de la misma por sobre las necesidades de los miembros de la familia. Para ello debe evitarse caer en el “familismo”, porque esto terminará por convertirla en un refugio de familiares que tarde o temprano buscarán privilegiar sus intereses por sobre los de la empresa.
4. Conformar una estructura jurídica que facilite los cambios generacionales: en los procesos de cambios generacionales que presentan algún nivel de conflicto entre los miembros de la generación sucesora, existe una mayor probabilidad de acuerdos cuando se discute por derechos (acciones, cuotas sociales) que por activos de propiedad del futuro sucedido (dinero).
5. Promover un gobierno corporativo eficiente: así aumenta la probabilidad de que las empresas trasciendan a nuevas generaciones. En el caso de las sociedades, la asamblea anual, el directorio, los comités gerenciales o las juntas directivas deben cumplir los propósitos por los que han sido establecidos.
6. Evitar utilizar la palabra retiro: estoy es porque la misma tiene connotaciones negativas. Los fundadores, en acuerdo con los sucesores, no deben abandonar la empresa, deben asumir un nuevo rol que esté relacionado con la firma y no con la gestión cotidiana de ella. No se debe prescindir del conocimiento, la experiencia y la referencia de los mayores.
7. Planificar la sucesión: se debe pensar estratégicamente, lo cual implica pararse en el hoy y construir escenarios futuros que ayuden a determinar el camino ideal para la sucesión. De no hacerlo, ocasionará una serie de eventos complejos cuando llegue el momento del cambio generacional, que pueden poner en peligro la estabilidad de la empresa y la armonía de las familias propietarias.
8. Contar con un Protocolo Familiar: es un documento en el que se plasman los acuerdos logrados por los participantes del proceso en diferentes temas que son considerados críticos.
9. No elegir sucesores “A dedo”: los sucesores deben ser antes postulantes y el directorio debe seguir un proceso imparcial de selección del mismo.
10. Anticipar lo obvio: las empresas familiares deben entender la importancia de la anticipación de hechos o situaciones que tienen alta probabilidad de ocurrencia en el futuro. Previendo y planificando de antemano, se logra evitar posibles y probables crisis dentro de la empresa.
FUENTE: www.apertura.com